El jubileo de Pentecostés

La fiesta de Pentecostés en el rito hispano-mozárabe se caracteriza por estar enmarcada en una serie de celebraciones que remarcan el carácter misericordioso de la venida del Espíritu Santo.

El jubileo y el sacramento de los cincuenta días

San Isidoro al buscar el origen de la fiesta de Pentecostés en el judaísmo se remite a la entrega de las tablas de la ley a Moisés cincuenta días después de la inmolación del cordero cuya sangre consagró la puerta de los israelitas esclavos en Egipto. Los cristianos celebramos esta fiesta como un sacramento: después de haber dado muerte a Cristo, que había sido conducido como oveja llevada a inmolar, se celebra la verdadera pascua y, una vez transcurridos cincuenta días, se da el Espíritu Santo… También esta fiesta constituye otro sacramento (otro de los misterios de la vida de Cristo) [1].

Continúa San Isidoro explicando el cómputo de los cincuenta días, la semana de semanas [2], tal como las normas del libro del Levítico prescriben: Haz el cómputo de siete semanas de años, siete veces siete, de modo que las sietes semanas de años sumarán cuarenta y nueve años. El día diez del séptimo mes harás oír el son de la trompeta: el día de la expiación haréis resonar la trompeta por toda vuestra tierra. Declararéis santo el año cincuenta y promulgaréis por el país liberación para todos sus habitantes. Será para vosotros un jubileo: cada uno recobrará su propiedad y retornará a su familia. El año cincuenta será para vosotros año jubilar: no sembraréis, ni segaréis los rebrotes, ni vendimiaréis las cepas no cultivadas. Porque es el año jubilar, que será sagrado para vosotros. Comeréis lo que den vuestros campos por sí mismos. En este año jubilar cada uno recobrará su propiedad (Lv 25, 8-13). En definitiva es una gracia de Dios que devuelve lo perdido y ayuda a ejercitar la misericordia con el otro. No dista mucho de los jubileos cristianos en el sentido de que la indulgencia jubilar nos devuelve, por así decirlo, a la gracia bautismal. Para la liturgia hispánica Pentecostés evoca el jubileo: es el año quincuagésimo de la indulgencia que en otro tiempo se predicaba en leyes figurativas [3].

Babel y la diversidad de lenguas

La experiencia del don de lenguas ha sido interpretado por los teólogos antiguos como una expresión de vuelta a la gracia anterior al pecado de Babel: los hombres desobedecen el mandato original de llenar la tierra construyendo una torre donde puedan habitar sin dispersarse y ahora Dios usa la diversidad de lenguas para llenar la tierra con la predicación evangélica. Tanto el rito romano, como el rito hispano-mozárabe usan esta perícopa del Génesis en sus celebraciones de Pentecostés. Concretamente la narrativa litúrgica hispana ha usado este tema en dos oraciones de la liturgia de Pentecostés que conserva el actual misal.
1. La Oratio Post Nomina hace un alegato espiritual: Dios hace que el castigo por la soberbia se convierta en un don: Oh Señor, que por la virtud de tu Espíritu confundiste las lenguas de aquellos que edificaban la torre de la antigua soberbia y luego en la novedad de la Iglesia naciente te serviste de esa multiplicidad de lenguas para signo de tu presencia, de modo que lo que había sido castigo se convirtiera en don, para construir la fe con lo mismo que había destruido la vanidad [4].
2. La Illatio es una sutil explicación de la unidad de la fe en la diversidad de lenguas, pluralidad de culturas y -leído en el contexto de la supresión de la liturgia hispana- comunión de ritos: ¿Quién podrá describir de qué admirable modo en este día, con las lenguas de fuego fue distribuido a los discípulos el conocimiento de todas las lenguas del mundo, de modo que, hablando el latino con el hebreo, el griego con el egipcio, el escita con el indio, mientras cada uno habla su lengua entiende la del otro? ¿Y con qué virtud puede acontecer que los predicadores de la verdad revelada repartan voluntariamente por los inmensos ámbitos del mundo el mismo don de la única e indivisible doctrina celestial? No hay disonancias en la unidad de la fe, aunque haya belleza en la distribución de los diversos saberes y maravilla en la multiforme variedad de los acentos, y así se muestra que no empece la diversidad de la lengua a la confesión cristiana, ni obsta que cada uno se manifieste en su lengua, mientras sea uno aquél en quien creemos [5].

La preparación penitencial de Pentecostés

La indulgencia y el carácter jubilar de Pentecostés, al que nos habíamos referido, nos hace detenernos en un detalle que quizá pasa desapercibido de un relato del primer día de la Pascua. En él existe una unidad entre resurrección de Cristo, envío del Espíritu Santo y perdón de los pecados: Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros». Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos» (Jn 20, 19-23).

Pedir la venida del Paráclito y con ella el perdón de los pecados es el cometido de las letanías antes de Pentecostés que existían en la antigüedad, de las que quedan en el actual misal la celebración del viernes y sábado, y de las que ya hemos tratado en una entrada anterior del blog sobre todo refiriéndonos al ayuno y las oraciones del viernes (El ayuno de Pentecostés). Las oraciones del sábado se centran fundamentalmente en pedir el Espíritu Santo que purifique, perdone y prepare a los fieles para que puedan recibir sus dones. Aunque prácticamente en mayor o menos media todas la oraciones hacen alusión a este tema, es la Alia la que lo expresa de forma más explícita:

Oh, Señor, llénanos de tu santo Espíritu en el que fuimos sellados y por el que somos tocados para ser salvos, de manera que, viniendo hoy a nosotros el mismo Espíritu, nos limpie piadosa y previamente del pecado, y mañana nos enriquezca con la entrega de sus dones.
Hoy lave las manchas y mañana distribuya las gracias.
Hoy abra nuestros labios con palabras de confesión y mañana haga que anuncien tus maravillas.
A fin de que ya hoy, tocados por él, nos veamos tan libres de todo delito, que mañana desee él entrar con toda dignidad en nuestros corazones
[6].

La indulgencia del Espíritu por los difuntos

Otra oración de este día que merece nuestra atención es la Oratio Post Nomina. Estas oraciones siempre hacen referencia a los difuntos. La oración del sábado antes de Pentecostés pide el don del Espíritu para que vivos y difuntos podamos caminar al encuentro de Cristo en su segunda venida:

Oh Señor, envía el Espíritu… te rogamos que, con los nuestros que ya partieron de este mundo, que también habían renacido con el don de tu mismo Espíritu Santo, y a los que recordamos temblorosos ante tu altar, salgamos junto con ellos felizmente en la luz al encuentro de la segunda venida de nuestro Señor [7].

Esta última oración a la que hemos hecho referencia nos abre a otra celebración en torno a Pentecostés: el lunes posterior de oración por los difuntos. San Isidoro así lo atestigua en su Regula Monachorum: al día siguiente de Pentecostés ha de ofrecer sea una misa al señor por las almas de los difuntos, a fin de que, más purificados y participantes de la vida bienaventurada, reciban sus propios cuerpos en el día de la resurrección [8].


[1] San Isidoro, De ecclesiasticis officiis, I, XXXIV, 3.

[2] San Isidoro, De ecclesiasticis officiis, I, XXXIV, 4; cf. Charles Thomas, «Semana» en Xabier Léon-Dufour, Vocabulario de teología bíblica, (Herder, Barcelona 2009), 842: Cada semana de años terminaba con un año sabático, en el que se debía dejar en libertad a los esclavos y a los deudores y hacer descansar la tierra (Ex 21,2; 23,10ss; Dt 15,1ss; Lev 25,3s). Al cabo de siete semanas de años estaba previsto un año jubilar, año de manumisión por excelencia (Lev 25,8).

[3] Illatio de la misa In Die Sancto Pentecosten.

[4] Oratio Post Nomina de la misa In Die Sancto Pentecosten.

[5] Illatio de la misa In Die Sancto Pentecosten.

[6] Alia de la misa Sabbato ante Pentecosten pro Adventu Paracliti Spíritus Sancti.

[7] Oratio Post Nomina de la misa Sabbato ante Pentecosten pro Adventu Paracliti Spíritus Sancti.

[8] San Isidoro, Regula Monachorum, 25.

Los mártires de México

UN DÍA COMO HOY…

… el 21 de mayo del año 2000, San Juan Pablo II canonizó a 27 mártires mexicanos. Quedó fijada su memoria litúrgica este mismo día.

SAN CRISTOBAL MAGALLANES Y COMPAÑEROS MÁRTIRES

Fueron casi tres decenios en que los cristianos mexicanos fueron perseguidos en diferentes oleadas. Surgió incluso un grupo armado para defender el carácter católico de Mexico, si bien, los obispos y pastores nunca alentaron. El conflicto duró hasta que en el diálogo entre el episcopado y el gobierno pudo firmarse un acuerdo en 1929: los cristeros obedecieron a los obispos deponiendo las armas, aunque no sin manifestar su decepción por los pastores que los abandonaron en la defensa de la fe; el gobierno creó una amnistía para los obispo, sacerdotes y laicos rebeldes, y devolvió los edificios religiosos ocupados.

De la Homilía de San Juan Pablo II en la canonización
21 de mayo de 2000

3. En la primera lectura hemos escuchado cómo Pablo se movía en Jerusalén «predicando públicamente el nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los judíos de lengua griega, que se propusieron suprimirlo» (Hch 9, 28-29). Con la misión de Pablo se prepara la propagación de la Iglesia, llevando el mensaje evangélico a todas las partes. Y en esta expansión, no han faltado nunca las persecuciones y violencias contra los anunciadores de la Buena Nueva. Pero, por encima de las adversidades humanas, la Iglesia cuenta con la promesa de la asistencia divina. Por eso, hemos oído que «la Iglesia gozaba de paz […] Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor y se multiplicaba animada por el Espíritu Santo» (Hch 9,31).

Bien podemos aplicar este fragmento de los Hechos de los Apóstoles a la situación que tuvieron que vivir Cristóbal Magallanes y sus 24 compañeros, mártires en el primer tercio del siglo XX. La mayoría pertenecía al clero secular y tres de ellos eran laicos seriamente comprometidos en la ayuda a los sacerdotes. No abandonaron el valiente ejercicio de su ministerio cuando la persecución religiosa arreció en la amada tierra mexicana, desatando un odio a la religión católica. Todos aceptaron libre y serenamente el martirio como testimonio de su fe, perdonando explícitamente a sus perseguidores. Fieles a Dios y a la fe católica tan arraigada en sus comunidades eclesiales a las cuales sirvieron promoviendo también su bienestar material, son hoy ejemplo para toda la Iglesia y para la sociedad mexicana en particular

Tras las duras pruebas que la Iglesia pasó en México en aquellos convulsos años, hoy los cristianos mexicanos, alentados por el testimonio de estos testigos de la fe, pueden vivir en paz y armonía, aportando a la sociedad la riqueza de los valores evangélicos. La Iglesia crece y progresa, siendo crisol donde nacen abundantes vocaciones sacerdotales y religiosas, donde se forman familias según el plan de Dios y donde los jóvenes, parte notable del pueblo mexicano, pueden crecer con esperanza en un futuro mejor. Que el luminoso ejemplo de Cristóbal Magallanes y compañeros mártires os ayude a un renovado empeño de fidelidad a Dios, capaz de seguir transformando la sociedad mexicana para que en ella reine la justicia, la fraternidad y la armonía entre todos.

Homilía completa


‘En la Ascensión’ – Fray Luis de León

Fray Luis de León
(1527-1591)

«¿Y dejas, Pastor santo,
tu grey en este valle hondo, oscuro,
en soledad y llanto;
y tú, rompiendo el puro
aire, te vas al inmortal seguro?

Los antes bienhadados
y los ahora tristes y afligidos,
a tus pechos criados,
de ti desposeídos,
¿a dónde volverán ya sus sentidos?

¿Qué mirarán los ojos
que vieron de tu rostro la hermosura
que no les sea enojos?
Quién gustó tu dulzura.
¿Qué no tendrá por llanto y amargura

Y a este mar turbado
¿quién le pondrá ya freno? ¿Quién concierto
al fiero viento, airado,
estando tú encubierto?
¿Qué norte guiará la nave al puerto?

Ay, nube envidiosa
aún de este breve gozo, ¿qué te quejas?
¿Dónde vas presurosa?
¡Cuán rica tú te alejas!
¡Cuán pobres y cuán ciegos, ay, nos dejas!».

— Usado por la versión española
de la Liturgia de las Horas
como himno de vísperas
de la Solemnidad
de la Ascensión del Señor

Martes, 18 de mayo de 2021

ECOS DE LA ASCENSIÓN

Himno de Laudes de la Ascención del Señor
(Música: Antonio Alcalde)

PREPARAMOS PENTECOSTÉS

Dios todopoderoso y eterno, que has querido que el Misterio Pascual se actualizase bajo el signo sagrado de los cincuenta días, haz que los pueblos dispersos en la diversidad de lenguas se congreguen, por los dones del cielo, en la única confesión de tu nombre.
Oración colecta misa de la Vigilia de Pentecostés

18 DE MAYO

El 18 de mayo celebramos la memoria de San Juan I, papa, y recordamos el nacimiento de San Juan Pablo II

SOBRE ESPIRITUALIDAD HISPÁNICA

¿Qué sentido tiene el ayuno que prepara la fiesta de Pentecostés?

PARA LA AGENDA

JORNADAS DIOCESANAS DE ZAMORA
Jueves 20 de mayo
Oración retransmitida por el canal de YouTube de la diócesis

RITO HISPANO-MOZÁRABE EN ZAMORA
Sábado 22 de mayo, 11.00h – Seminario San Atilano

Charla: El sufragio por los difuntos y el rito hispano-mozárabe.

Viernes 28 de mayo, 20.00h – Iglesia de San Cipriano
Misa en rito hispano-mozárabe por los difuntos víctimas de la pandemia.

Todos los martes, a las 19.00h Misa en rito hispano-mozárabe en la Basílica de la Concepción de Madrid (C/ Goya).

CURSO DE LITURGIA
Miércoles 19 de mayo, 21.00h
(1.00PM – América central).
La Unción de los enfermos

Enlace a la videollamada: https://meet.google.com/vta-yanj-doe

El ayuno de Pentecostés

Los cristianos antiguos de Hispania tenían la costumbre de hacer ayuno en torno a Pentecostés. Existía una tradición, que es mencionada por San Isidoro (556-636), que propone unos días de ayuno entre la Ascensión y Pentecostés, basándose en el evangelio según San Mateo: ¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán (Mt 9, 15).

Explica San Isidoro que durante los cuarenta días en los que se lee que el Señor, después de su resurrección, convivió con sus discípulos, no es oportuno ni nos pongamos de luto, porque entonces nos corresponde vivir en alegría. Pero después, al llegar el tiempo en el que Cristo, al elevarse a los cielos, dejó de estar presente en forma corporal, era preciso ayunar a fin de que, por la humildad del corazón y la estética del cuerpo, merezcamos recibir, del cielo, el Espíritu Santo prometido [1].

Él lo explica, pero hace alusión a que lo mandado es otra cosa: el concilio de Gerona del año 517 estipulaba las letanías la semana posterior a Pentecostés, en un triduo del jueves al sábado. Los tres días de penitencia -no solo en referencia a Pentecostés- lo basa San Isidoro en la penitencia de los ninivitas [2]. Sin embargo, los libros que se han conservado oscilan entre tres o cuatro días de penitencia antes de Pentecostés [3].

En el actual misal hispano-mozárabe existen misas de preparación a la venida del Espíritu Santo el viernes y el sábado inmediatamente anteriores. La ausencia de Praelegemdum o canto de entrada nos pone sobre la base de una celebración de índole penitencial. Estas celebraciones recuperan la la primera lectura o Prophetia textos veterotestamentarios. Las oraciones de la misa del viernes corroboran la penitencia con diferentes alusiones: Haz fervorosos a los que ves ayunando por tu venida [4], que te resulten gratos, Señor, por los sufragios de los que ayunan en tu presencia, estos holocaustos que te ofrecemos [5] o descanse sobre vosotros la gracia prometida del Espíritu Santo, que premie vuestros ayunos… Y la virtud de la abstinencia prepare en vosotros aquella mansión en la que el mismo Espíritu quiera permanecer por su bondad [6].

Volviendo a lo que San Isidoro intenta explicar del ayuno nos encontramos con el texto de la lllatio o acción de gracias cuyo tema es un calco del tema mencionado por San Isidoro:

Corresponde ahora el periodo temporal en que debemos dedicarnos a la mortificación y las lágrimas, ya que, mientras vivía corporalmente el esposo sobre la tierra no era lícito a los discípulos ayunar. Por lo tanto es necesario que quienes hemos celebrado ya el gozo de la Ascensión del Señor, nos mortifiquemos con el ayuno, aguardando al Espíritu prometido; para que purificados por la contrición del corazón y la abstinencia de la carne, merezcamos recibir al Espíritu de la verdad [7].


[1] San Isidoro, De ecclesiasticis officiis, I, XXXVIII.

[2] Ibidem, I, XLII. No sabemos si la edición que conoce San Isidoro marca tres días de penitencia de los ninivitas; de no ser así mezcla la referencia de la penitencia de los ninivitas con los tres días en que estuvo Jonás en el vientre del cetáceo.

[3] P. Martínez Sáiz, El tiempo pascual en la liturgia hispánica. Desarrollo, estructura y contenido teológico (Instituto Superior de Pastoral, Madrid 1969), 206-208.

[4] Alia de la misa In feria quæ præcedit Pentecosten pro Adventu Paracliti Spiritus Sancti.

[5] Post Pridie de la misa In feria quæ præcedit Pentecosten pro Adventu Paracliti Spiritus Sancti.

[6] Benedictio de la misa In feria quæ præcedit Pentecosten pro Adventu Paracliti Spiritus Sancti.

[7] Illatio de la misa In feria quæ præcedit Pentecosten pro Adventu Paracliti Spiritus Sancti.

Obra de San Isidoro

Documentos del Magisterio de la Iglesia

FechaPapaTipoNombreEnlaces
2 de Junio de 1537Paulo IIIBula Sublimis Deus Texto; Artículo
23 de Mayo de 1920Benedicto XVCarta EncíclicaPacem Dei MunusSanta Sede;
2 de Junio de 1985San Juan Pablo IICarta Encíclica Slavorum ApostoliSanta Sede; Artículo
31 de Mayo de 1998San Juan Pablo IICarta Apostólica Dies DominiSanta Sede;

Lunes, 17 de mayo de 2021

ECOS DE LA ASCENSIÓN

«Porque Jesús, el Señor, el rey de la gloria, vencedor del pecado de la muerte, ha ascendido, ante el asombro de los ángeles, a lo más alto de los cielos, como Mediador entre Dios y los hombres, como Juez del mundo y Señor del universo».
Prefacio I de la Ascensión del Señor

PREPARAMOS PENTECOSTÉS

Himno gregoriano al Espíritu Santo

17 DE MAYO

El 17 de mayo celebramos la memoria de San Pascual Baylón y recordamos la canonización de Sta. Teresita de Lisieux

PARA SABER MÁS…

Entre la Ascensión del Señor y Pentecostés ocurrió la elección de Matías. En esta entrada explicamos por qué no lo escuchamos en la liturgia.

PARA LA AGENDA

JORNADAS DIOCESANAS DE ZAMORA
Jueves 20 de mayo
Oración retransmitida por el canal de YouTube de la diócesis

RITO HISPANO-MOZÁRABE EN ZAMORA
Sábado 22 de mayo, 11.00h – Seminario San Atilano

Charla: El sufragio por los difuntos y el rito hispano-mozárabe.

Viernes 28 de mayo, 20.00h – Iglesia de San Cipriano
Misa en rito hispano-mozárabe por los difuntos víctimas de la pandemia.

Todos los martes, a las 19.00h Misa en rito hispano-mozárabe en la Basílica de la Concepción de Madrid (C/ Goya).

CURSO DE LITURGIA
Miércoles 19 de mayo, 21.00h
(1.00PM – América central).
La Unción de los enfermos

Enlace a la videollamada: https://meet.google.com/vta-yanj-doe

La historia de San Isidro contada por un zamorano

Cada 15 de mayo celebramos -sobre todo en los campos- la fiesta de San Isidro, labrador. Si otros tuvieron apelativo de mártir, obispo, abad o virgen, este lo tuvo de labrador. Su labor en los campos de la hacienda de los Vargas y su vida doméstica junto a su mujer, Santa María de la Cabeza, y su hijo Illán, fueron y son un ejemplo de santidad. Beatificado por Paulo V en 1619, la canonización fue celebrada en 1622 por Gregorio XV. En esa misma celebración se canonizaron a San Felipe Neri, Santa Teresa de Jesús, San Francisco Javier y San Ignacio de Loyola.

El Códice de Juan Diácono

San Isidro «es uno de los pocos santos medievales cuyos milagros fueron recogidos en un códice, redactado en la segunda mitad del siglo XIII y en latín, por orden del rey Alfonso X para la Capilla Real ubicada junto al altar mayor de la parroquia de San Andrés de Madrid, en donde, desde hacía varias décadas, era venerado su cuerpo incorrupto, generando uno de los lugares de peregrinación más importantes de Castilla» [1]. El Códice contiene la historia y milagros del santo, así como seis himnos cuyas melodías han sido recientemente recuperadas por Eduardo Paniagua en Isidro Mozárabe. Como el mismo Paniagua escribe en la introducción: «es posible que estas melodías sean un siglo anteriores al códice del siglo XIII que presentamos y que puedan corresponder a la época del rey Alfonso VIII de Castilla (1155-1214), en momentos de exaltación a Isidro» [2]. El rey había identificado a San Isidro con el pastor que orientó por Sierra Morena a los ejércitos cristianos dando como resultado la victoria de las Navas de Tolosa (1212).

El diácono Fray Juan

El autor del códice, Juan Diácono, ha sido identificado con el zamorano Fray Juan Gil de Zamora (1241-1318), uno de los intelectuales más importantes del s. XIII. Nació en Zamora e ingresó en la orden franciscana a finales de la década de los sesenta del s. XIII. Fue ordenado diácono en la Iglesia de San Francisco el Grande de Madrid y escribió en estas fechas el códice. Estudió en Salamanca y de allí fue a París con San Buenaventura, y finalmente a Roma de donde volvió a Zamora el año 1278 para hacerse ocupar los cargos de “lector theologiae” y “custos custodum” en el convento de San Francisco de la ciudad (hoy sede del Instituto Hispano Luso Rei Alfonso Enriques). En torno a 1300 fue provincial de la provincia de Santiago. Fue un prolífico escritor que colaboró con el rey Alfonso X el Sabio en las Cantigas de Santa María, entre otras obras [3].


[1] T. Puñal Fernández, Isidro Labrador, San (http://dbe.rah.es/biografias/13120/san-isidro-labrador)

[2] E. Paniagua, Isidro Mozárabe. Himnos a San Isidro Labrador. Códice de Juan Diácono s. XIII, Pneuma 2018.

[3] B. Caunedo del Potro, Gil de Zamora, Juan (http://dbe.rah.es/biografias/14381/juan-gil-de-zamora)

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