Cuando llega el 15 de mayo, los agricultores prontos a pedir la protección para sus campos, preparan la imagen del Santo patrono de la agricultura en España: San Isidro, labrador de Madrid. Su imagen, acompañada frecuentemente de un ángel que dirige una pareja de bueyes arando hace referencia a uno de los milagros: mientras Isidro ora, los bueyes labran la tierra ellos solos como guiados por un ángel. Pero no es el único milagro que se conoce en antiguos anales sobre el santo.
En el Códice de Juan Diácono (s. XIII) donde se recoge la vida y algunos himnos del santo madrileño, recopila algunos milagros. Entre otros nos encontramos el milagro del molino o la harina:

Alimentaba, según sus posibilidades, no sólo a los hombres, aunque no era rico, «como si nada tuviera y todo lo poseyera», sino también a las aves que padecían hambre y frío. Y así, sucedió que un día de invierno en que la nieve cubría la tierra, yendo a moler trigo en compañía de su pequeño hijo, vio una bandada de palomas posada en las ramas de los árboles y, percatándose de que corrían peligro de muerte por el hambre demasiado prolongada, compadeciéndose de ellas, apartó la nieve de la tierra con sus manos y sus pies, y echó abundancia del trigo que había aprestado para sus necesidades. Un acompañante suyo, al ver esto, se enojó y, en medio de mofas, juzgó al bienaventurado Isidro como a un necio por derrochar el trigo. Sin embargo, al llegar al molino no se halló en el saco de Isidro mengua alguna de trigo; al contrario, lo que es milagroso, hasta tal punto creció la harina, que los dos hombres llenaron a rebosar de sus sacos, que antes estaban casi a la mitad.
Codice de Juan Diácono (s. XIII)
Este Códice recoge también algunos himnos sobre el Santo labrador que suenan así:
Bonito milagro que no conocía. Gracias por compartir.
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