Y se preguntará mi lector, ¿cómo se pierde un domingo? Si fuera un llavero o un bolígrafo, podría perderse pero un domingo parece imposible de perder. Hoy, 14 de mayo, celebramos la fiesta de San Matías, el apóstol que sustituyendo a Judas restaura el número doce de los apóstoles. El capítulo primero del libro de los Hechos de los Apóstoles narra su elección después de la Ascensión del Señor a los cielos e inmediatamente antes de Pentecostés.
Cita | Texto |
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1,1-2 | Prólogo |
1,3-8 | Últimas instrucciones |
1,9-11 | Ascensión |
1,12-14 | Regreso al cenáculo |
1,15-26 | Elección de Matías |
2,1-11 | Pentecostés |
A los cuarenta días de la resurrección, el Señor ascendió al cielo y diez días más tarde el Espíritu Santo descendió sobre la Virgen y los apóstoles reunidos en oración. De forma que la Iglesia, siguiendo esta cronología, celebra la Ascensión del Señor el Jueves de la sexta semana de Pascua y en el octavo domingo después de Pascua se conmemora Pentecostés. Un domingo queda en medio: el séptimo domingo. De los tres ciclos de lecturas dominicales, dos de ellos usan lecturas situadas entre la Ascensión y Pentecostés. Concretamente en el ciclo B se lee la elección de Matías.
A | B | C |
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Regreso al cenáculo después de la Ascensión | Elección de Matías | Lapidación de Esteban |
La Ascención del Señor es una de las solemnidades que la Iglesia permite su traslado al domingo para facilitar que los fieles puedan celebrarla. En España, la Ascensión del Señor ha sido trasladada al VII Domingo de Pascua de forma que las lecturas ese domingo no se leen nunca.
Ahora entenderá el lector que el VII Domingo de Pascua del ciclo B, que podríamos llamar de Matías por la primera lectura, se puede considerar perdido. No obstante, la fiesta de San Matías, que siempre se celebra en Pascua, nos ofrece esta lectura:
Uno de aquellos días, Pedro se puso en pie en medio de los hermanos (había reunidas unas ciento veinte personas) y dijo: «Hermanos, tenía que cumplirse lo que el Espíritu Santo, por boca de David, había predicho, en la Escritura, acerca de Judas, el que hizo de guía de los que arrestaron a Jesús, pues era de nuestro grupo y le cupo en suerte compartir este ministerio. Y es que en el libro de los Salmos está escrito: “Que su morada quede desierta, y que nadie habite en ella”, y también: “Que su cargo lo ocupe otro”. Es necesario, por tanto, que uno de los que nos acompañaron todo el tiempo en que convivió con nosotros el Señor Jesús, comenzando en el bautismo de Juan hasta el día en que nos fue quitado y llevado al cielo, se asocie a nosotros como testigo de su resurrección. Propusieron dos: José, llamado Barsabá, de sobrenombre Justo, y Matías. Y rezando, dijeron: «Señor, tú que penetras el corazón de todos, muéstranos a cuál de los dos has elegido para que ocupe el puesto de este ministerio y apostolado, del que ha prevaricado Judas para marcharse a su propio puesto». Les repartieron suertes, le tocó a Matías, y lo asociaron a los once apóstoles.
Hch 1, 15-17. 20-26.