Vicente de Lerins ¿un santo hereje?

Vicente, un joven que vivió según los criterios mundanos de su tiempo, ingresó en el monasterio de Lerins, cerca de Marsella. Allí, por su destacada inteligencia y santidad, fue ordenado presbítero. El monasterio de Lerins estaba bajo la influencia intelectual del monasterio de San Víctor de Marsella. En él, con fama de santidad, habitaba Casiano quien había recuperado en parte ideas de la herejía pelagiana. Estas ideas que defendía Casiano, a las que se llamó semipelagianismo, decían que en ocasiones la voluntad de los hombres es anterior a la gracia de Dios y por tanto no siempre la fe y la gracia que Dios otorga en los sacramentos proceden únicamente de Dios y de forma gratuita, sino que los hombres podrían llegar a obtenerla por sus actos. San Agustín de Hipona escribe varias obras que rebaten esta idea de Casiano que también defiende San Vicente de Lerins.

Entonces ¿por qué santo?

San Vicente de Lerins, a pesar de no haber encontrado la verdad en este punto, se enfrenta a la herejía de Nestorio, recogiendo textos de San Agustín sobre la Trinidad y la Encarnación apoyando lo que la Iglesia defiende en sus Concilios contra esta otra herejía de Nestorio (la idea de que en Cristo confluyen dos personas, una humana y otra divina, y no una sola con dos naturalezas). Los papas San Celestino y Benedicto XIV tuvieron en gran consideración esta defensa y lo que el creía que era la doctrina de la Iglesia, su búsqueda continua de la verdad, y su santidad de vida. A pesar de sus ideas semipelaginas sus escritos pueden arrojar luz a la hora de la búsqueda de la verdad. Dejamos un párrafo sobre este tema de su obra Conmonitorium:

-¿Cuál deberá ser la conducta de un cristiano católico, si alguna pequeña parte de la Iglesia se separa de la comunión en la fe universal?
-No cabe duda de que deberán anteponer la salud del cuerpo entero a un miembro podrido y contagioso.
-Pero, ¿y si se trata de una novedad herética que no está limitada a un pequeño grupo, sino que
amenaza con contagiar a la Iglesia entera?
-En tal caso, el cristiano deberá hacer todo lo posible para adherirse a la antigüedad, la cual no puede evidentemente ser alterada por ninguna nueva mentira.
-¿Y si en la antigüedad se descubre que un error ha sido compartido por muchas personas, o incluso por toda una ciudad, o por una región entera?
-En este caso pondrá el máximo cuidado en preferir los decretos -si los hay- de un antiguo Concilio Universal, a la temeridad y a la ignorancia de todos aquellos.
-¿Y si surge una nueva opinión, acerca de la cual nada haya sido todavía definido?
-Entonces indagará y confrontará las opiniones De nuestros mayores, pero solamente de aquellos que, siempre permanecieron en la comunión y en la fe de la única Iglesia Católica y vinieron a ser maestros probados de la misma. Todo lo que halle que, no por uno o dos solamente, sino por todos juntos de pleno acuerdo, haya sido mantenido, escrito y enseñado abiertamente, frecuente y constantemente, sepa que él también lo puede creer sin vacilación alguna.

San Vicente de Lerins, Conmonitorium 3

Esposa, madre y monja. Rita de Casia y Joaquina de Vedruna.

Casualidades del calendario, hoy, 22 de mayo, celebramos a dos santas que a pesar de haber vivido en siglos muy diferentes tuvieron una vida muy similar. Santa Rita de Casia y Santa Joaquina de Vedruna de niñas quisieron entrar en la vida religiosa, a la primera la casaron y la segunda, debido a su inmadurez el convento le sugirió que fuese a cuidar de sus padres, y estando en esta situación tomó matrimonio. Ambas tuvieron hijos y enviudaron. En el caso de Santa Joaquina, fundó la Congregación de las Carmelitas de la Caridad; en el caso de Santa Rita de Casia el convento no la recibió hasta que sus dos hijos no murieron enfermos, dadas las cargas familiares que tenía. Santa Rita de Casia recibió el don de un estigma en la frente, del que sacaron una espina de la corona del Señor.

Ascensión del Señor. Año II. Rito Hispano-Mozárabe

Para consultar los textos de la liturgia: http://www.hispanomozarabe.es/Liturgia/Renov/mis-asc2.htm

LECTURAS

La primera lectura narra el acontecimiento del carro de fuego que lleva a Elías al cielo y la contemplación de este acontecimiento tan extraordinario por Eliseo. Podríamos decir que esta lecturas tiene cuatro elementos importantes para entenderla en el contexto de la fiesta de la Ascensión del Señor:

  • Entonces Elías tomó su manto, lo enrolló y golpeó con él las aguas, las cuales se dividieron a uno y otro lado, de modo que pasaron ambos a pie enjuto. Es innegable que este texto inmediatamente nos recuerda al pueblo de Israel cruzando el Mar Rojo en su salida de la esclavitud, camino de la tierra prometida. Acontecimiento que es escuchado en la quinta lectura de la Vigilia Pascual (en el Rito Romano la tercera). El paso del Mar Rojo es el fundamento de la pascua judía y es inalienable a la Pascua cristiana. Lo que ocurrió en aquella primera pascua se cumple y perfecciona en la resurrección de Cristo.
  • Elías dijo a Eliseo: «Pídeme lo que quieras antes de que sea arrebatado de tu presencia». Eliseo contestó: «Que pasen a mí las dos terceras partes de tu espíritu». Elías repuso: «Difícil cosa has ido a pedir. Con todo, si me ves cuando sea arrebatado de tu presencia, te será concedida; y si no, no lo será». La petición del espíritu por parte de Eliseo y la concesión de Elías es un anticipo de la promesa que Jesús hace del Espíritu y que escuchamos en el evangelio y sobre todo en la segunda lectura: recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros para que seáis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los confines de la tierra.
  • Mientras iban caminando y conversando (Elías y Eliseo), un carro de fuego, con caballos de fuego, pasó entre los dos, y Elías fue arrebatado en un torbellino hacia el cielo. El contexto de la Ascención del Señor da la pauta para la comparación del carro de fuego con la nube que arrebata al cielo a Elías y a Jesús. No podemos olvidar que algunos creían que en él, Elías había vuelto.
  • Los discípulos de los profetas de Jericó lo vieron desde el otro lado, y exclamaron: «El espíritu de Elías se ha posado sobre Eliseo». La fuerza del espíritu de Elías y la del Espíritu Santo son notables en quien la poseen; en el caso de Eliseo porque ven que actúa como Elías golpeando con el manto el río para abrirlo en dos, en el caso de los apóstoles porque predican y sanan siguiendo el ejemplo del Señor.

La segunda lectura y el evangelio son las narraciones de la Ascensión del Señor de Lucas en sus dos escritos: el evangelio que lleva su nombre y el libro de los Hechos de los Apóstoles también escrito por él.

LAS ORACIONES

  • EL TRONO. Ya en el Praelegendum (Canto de entrada) hace referencia al trono dónde se sienta el Señor. La liturgia de la Ascensión del Señor está unida a la visión del trono de Dios (primera lectura del año I: la visión del trono del Apocalipsis). Y se repite a lo largo de la liturgia de este día. Concretamente en el aspecto de volver al trono del que había salido para encarnarse; y aunque son más las alusiones a la vuelta al cielo, el retorno al trono se repite expresamente hasta tres veces:
    • Oratio admonitionis (Monición sacerdotal): En este día nuestro Salvador, después de haber tomado nuestra carne, recupera el trono de su divinidad.
    • Post Nomina (Oración después de los dípticos): Señor, rey de la gloria, que, dando cumplimiento a los oráculos proféticos vuelves al trono paterno, alzando los dinteles de las puertas eternales.
    • Illatio (acción de gracias): después de impartir su doctrina al colegio de los apóstoles, vuelve a aquel trono de majestad que le corresponde.

La lectura del libro del Apocalipsis del año I tiene un significado que podría ir más allá de lo doctrinal y ser expresión de la práctica litúrgica del rito visigótico. Cuando hablamos de Cristo que asciende al Padre siempre nos preguntamos si nos ha dejado solos. El trono vacío en la iconografía cristiana de los primeros siglos parece hacerse eco de esa ausencia que, desde la perspectiva del capítulo cuarto del Apocalipsis, es también presencia. La iconografía del trono también alude al trono terrestre, la cátedra episcopal. Como han hecho ver algunos investigadores, la cátedra situada al fondo del ábside de las iglesias hispanas, hacia la cual se tenían que dirigir necesariamente todos en la anáfora, es una expresión de esa ausencia-presencia y, a su vez, del carácter icónico del ministerio sacerdotal

Adolfo Ivorra, Liturgia hispano-mozárabe
  • LA DIVINIDAD DE CRISTO. Este retorno al trono que había dejado supone la idea de la divinidad de Cristo en contra de las herejías extendidas y más concretamente el arrianismo. El Post Sanctus (Oración después del Sanctus) lo expresa de forma literal: Él, conservando la naturaleza de su divinidad inmutable, acabada la misión que le trajo al mundo: su encarnación, pasión, resurrección y ascensión.
  • LA ELEVACIÓN DE LOS HOMBRES. Al igual que el tema del trono, la idea de que Cristo al ascender nos lleva con el al cielo es parte de la teología de la liturgia de este día. De hecho, prácticamente, todas las oraciones mencionan esta temática. Algunas, además, haciendo alusión a la cautividad de los hombres uniéndonos al tema pascual de la liberación: Tú, Señor, subiste a la altura llevando prisioneros (Psallendum / Salmo de meditación); Señor, Dios de las virtudes, que fuiste más allá del ocaso caminando hacia el oriente sobre los más altos cielos, guiando un cortejo de antiguos cautivos para glorificar así en tu Ascensión (Alia / Oración entre los dípticos); al hombre asociado a él, que había sido cautivo del demonio, lo hace huésped suyo (Illatio / Acción de gracias), etc.

La Ascensión de Cristo constituye nuestra elevación, y el cuerpo tiene la esperanza de estar un día en donde le ha precedido su gloriosa cabeza; por eso, con dignos sentimientos de júbilo, amadísimos, alegrémonos y gocémonos con piadosas acciones de gracias.

San León Magno, Sermón LXXIII
  • EL AGUA. La Illatio hace una larga alusión a la tempestad calmada en la que el agua cede a su naturaleza para que el discípulo pueda caminar sobre ella. También la primera lectura nos muestra un prodigio sobre el agua del Jordán.

La esclavitud de San Mancio: sin libertad ni para creer.

El culto a San Mancio el 21 de mayo parece tener origen en la deposición de sus reliquias en el pueblo de Villanueva de San Mancio, cerca de Medina de Rioseco. Tenemos pocos datos sobre su vida: fue un esclavo procedente de la Roma de finales del s.VI que se asentó cerca de Évora con sus amos, unos judíos que poseían fincas allí. Fue sometido a la tortura y penosos trabajos agrícolas como castigo de su negativa a apostatar de su fe en Cristo. Murió a causa de estos trabajos siendo enterrado en un estercolero para ocultar su muerte. Unos años más tarde, a mediados del s. VII, fue hallado su cuerpo cuando aún vivían quienes le habían conocido. Sus restos fueron sepultados dignamente bajo lo que después fue una basílica. Sus restos fueron objeto de varios traslados entre los que se encuentra Villanueva de San Mancio, donde se le dedica un monasterio dependiente de Sahagún en el año 1195. Allí en urna de plata se conservan reliquias de un santo al que se le quitó la libertad hasta de creer, pero se aferró a la verdad del evangelio dando vida a la máxima del Señor: «La verdad os hará libres» (Jn 8, 31).

Está inscrito en el calendario hispano-mozárabe en esta misma fecha.


Lugares de referencia para la liturgia hispánica: Villanueva de San Mancio.


San Baudilio, Berlanga y la liturgia entre el Génesis y el Apocalípsis

El 20 de mayo la Iglesia celebra el martirio de San Baudilio, diácono del s.IV. Fue martirizado por negarse a sacrificar a los ídolos. Es representado con el libro de los evangelios y la dalmática, símbolos diaconales; lleva en su mano el hacha de su martirio. En algunas de sus representaciones se coloca un árbol tras él. Se cuenta que su sepulcro estaba al lado de una fuente y un río, y brotó un laurel. Recordemos que el laurel (la corona de laurel) en el ámbito romano era símbolo de la victoria.

Se cuenta que cuando los discípulos de San Baudilio fundaban un cenobio o monasterio buscaban un lugar que simulase el sepulcro de este santo. Las fuentes y el arroyo cerca de San Baudelio de Berlanga (Soria) podrían atestiguar esta tradición.

LA IGLESIA PRERROMÁNICA DE SAN BAUDELIO DE BERLANGA

Se trata de una de las joyas del arte prerrománico español construido en el s. XI por artesanos mozárabes. Todo el interior de San Baudelio es un espacio singular como se puede ver en las imágenes.

La bóveda de la nave está sostenida por una gran columna de la que salen ocho arcos. Sobre esta columna un pequeño habitáculo de difícil acceso. En la parte que debería ser la trasera está ubicada una tribuna sostenida por veintidós columnas que sostienen los pequeños arcos de herradura. Dentro de este espacio un hueco de la pared da acceso a una gruta natural.

ENTRE GÉNESIS Y APOCALIPSIS

Todo tiene una profunda simbología: la columna con su ocho arcos simula a una gran palmera donde se cobijan los fieles para la alabanza divina. El número ocho, es el octavo día: símbolo de la resurrección y de la vida eterna. Entre los arcos algunos arcángeles parecen sostener el trono de Dios en la Jerusalén del cielo simbolizado por ese habitáculo sobre la columna, donde parece que se podrían encontrar escritos y reliquias: un sitio oculto y misterioso que encierra el misterio de la celebración. Los fieles se hayan acogidos por la vida eterna y llamados a ascender a ese espacio de la Jerusalén del cielo si miran a lo alto; pero si miran abajo el bosque que componen las veintidós columnas asemeja el jardín del Edén, del que salieron Adán y Eva tras el pecado caminando hacia el Oriente. Así en algunas celebraciones en las que se camina en torno a la gran columna, los monjes entran a ese bosque de columnas en el que parecen ocultarse por vergüenza a su pecado como nuestros primeros padres y salen siempre caminando hacia el Este, buscando lo perdido: la visión del rostro de Dios que baja a pasear con los hombres. Entre el Edén que está abajo y la Jerusalén del cielo se abren escenas de simbología animal y la narración del evangelio con escenas de la infancia, vida pública y pasión del Señor. Otros elementos como el ábside lugar sagrado para la celebración de los misterios o la gruta que bien puede simbolizar el sepulcro cierran este espacio.

Pero esto solo es una pequeña interpretación de la profunda espiritualidad visigótico-mozárabe. Muchos otros elementos pueden ayudarnos a hacer una lectura de este lugar.


Jesús, Dios de Dios (Nicea, a. 325)

UN DÍA COMO HOY…

… el 20 de mayo del año 325 se inauguraba el Concilio de Nicea. El principal motivo de la convocación del que es el primer concilio ecuménico fue la herejía del arrianismo. La expresión Dios de Dios fue acuñada por el este Concilio para defender, en contra de Arrio, que Jesús posee la misma sustancia y dignidad que el Padre.

¿QUÉ ES EL ARRIANISMO?

El arrianismo es una herejía promovida por Arrio: un presbítero de Alejandría. Arrio sostenía que Jesús no era Dios como lo era el Padre, sino que fue creado por este y que, aunque posee naturaleza divina, sin embargo no es Dios. A esta doctrina se acogió una parte de la Iglesia. El Concilio de Nicea, convocado por el emperador Constantino I, aclaró que Jesús es a la par verdadero hombre y verdadero Dios. La doctrina del Concilio de Nicea se verá completada en el año 381 por el Concilio de Constantinopla. En esta ocasión fue Macedonio de Constantinopla quien, aceptando la divinidad del Hijo, se la niega al Espíritu Santo. Por ello el Concilio de Constantinopla fija una doctrina similar a la del Hijo para el Espíritu Santo. De estos concilios nacen sendos Símbolos.

¿QUÉ ES UN SÍMBOLO?

Con Símbolo de la fe nos referimos al Credo. Credo viene de la primera palabra de la profesión de fe en latín (Credo un unum Deus…). Esta profesión es un símbolo: recitarla simboliza la fe que llevamos dentro. Como dice la invitación a la recitación del símbolo en la misa en rito hispano-mozárabe: «Profesemos con los labios lo que llevamos en el corazón». El Concilio de Nicea elaboró un Símbolo que luego fue ampliado por el Concilio de Constantinopla. Éste último, revisada su redacción, es el que ha prevalecido hasta hoy como forma de confesión de fe en la celebración de la eucaristía. A este Símbolo, a partir de la reforma del Concilio Vaticano II, se le une el Símbolo de la Iglesia de Roma, el Símbolo Apostólico. Ambos se usan en la actualidad comúnmente llamados breve (Símbolo Apostólico) y largo (Credo de Nicea-Constantinopla).

Credo de Nicea

Creemos en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador de todas las cosas visibles e invisibles; y en un solo Señor Jesucristo, el Hijo de Dios; unigénito nacido del Padre, es decir, de la sustancia del Padre; Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado, no creado; de la misma naturaleza que el Padre; por quien todo fue hecho: tanto lo que hay en el cielo como en la tierra; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó y se encarnó, se hizo hombre, padeció y resucitó al tercer día, (y) subió a los cielos, vendrá a juzgar a vivos y muertos; y en el Espíritu Santo. Y a los que dicen: hubo un tiempo en que no existió y: antes de ser engendrado no existió y: fue hecho de la nada o de otra hipóstasis o naturaleza, pretendiendo que el Hijo de Dios es creado y sujeto de cambio y alteración, a éstos los anatematiza la Iglesia católica.

Credo de Constantinopla

Creemos en un solo Dios,Padre todopoderoso,Creador del cielo y de la tierra,de todo lo visible y lo invisible;y en un solo Señor, Jesucristo, el unigénito de Dios,nacido del Padre antes de todos los siglos,luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero;engendrado, no creado, consustancial con el Padre,por quien todo fue hecho;que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo y se encarnó por obra del Espíritu Santo y de María la Virgen y se hizo hombre;por nuestra causa fue crucificado en tiempo de Poncio Pilato y padeció y fue sepultado,y resucitó al tercer día según las Escrituras y subió al cielo;y está sentado a la derecha del Padre;y de nuevo vendrá con gloria, para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.Y en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,que procede del Padre;que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria,que habló por los profetas.En una Iglesia santa, católica y apostólica.Confesamos un solo bautismo para la remisión de los pecados.Esperamos la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.


Juan de Cetina y Pedro de Dueñas, predicadores de los musulmanes granadinos

Juan Lorenzo nace en Cetina, en el año 1340, cerca de Calatayud e ingresa en la orden franciscana. Las noticias de los martirios de frailes menores en Tierra Santa lo mueven a querer predicar allí. Viaja a Roma para conseguir permiso del Papa quien lo orienta a la predicación en cualquier otro lugar pero no en tierra santa. Sus superiores lo destinan a Córdoba esperando que cese su idea de predicar en a los musulmanes de Granada. En el convento cordobés conoce a Pedro de Dueñas, un joven fraile dispuesto a seguirle en su empeño de predicar a los musulmanes granadinos.

En aquel momento no estaba prohibido ser cristiano en Granada, pero sí la predicación pública y el proselitismo. Haciendo caso omiso de estas normas los dos franciscanos comienzan su predicación en Granada lo que les vale el arresto y el trabajo forzado en los campos. Puestos en libertad por haber recibido su castigo vuelven a la empresa de la predicación. En ese momento las autoridades musulmanas de Granada deciden ejecutar a Juan el 19 de mayo de 1397. Querían lograr que su joven compañero Pedro desistiera en su labor. Sin embargo, Pedro compartió el destino de su hermano al no cesar su predicación.

Sus restos se conservan en Sevilla, Córdoba y la catedral de Vich. Su culto es aprobado por Clemente XII en 1731.


San Celestino V y el Santo Padre Benedicto XVI

SAN PEDRO CELESTINO V

La Iglesia celebra el 19 de mayo la memoria del Santo Papa Celestino V. Fue monje benedictino en Benevento de donde sale para ser Papa en un muy difícil situación de la sede de Roma: tras la muerte del Papa Nicolás IV el 4 de abril de 1292 se abre la sede vacante que dura dos años y tres meses por las desavenencias de las familias Colonna y Orsini.

Es coronado en la ciudad de L’Aquila y fija su sede en Nápoles. Crea doce Cardenales de los cuales ninguno es romano. Las reformas le trajeron muchos enemigos en la Curia Romana y termina por renunciar a la sede petrina el 13 de diciembre de 1294. Se retira a la vida eremítica.

Su sucesor, Bonifacio VIII, al trasladar la sede a Roma quiere llevarse consigo a Celestino por miedo a que los napolitanos se levanten contra el. En el camino a Roma, Celestino intenta huir, es apresado y encarcelado en el castillo de Fumone donde diez meses después fallece, el 19 de mayo de 1296. es canonizado por Clemente V a petición del rey Felipe IV el Hermoso el 5 de mayo de 1313.

BENEDICTO XVI

Fruto de la renuncia de Celestino V, en el s. XIV, se abre en la iglesia un debate teológico sobre las posibles renuncias de los papas. Después de Celestino V y excluyendo a Gregorio XII que es obligado a renunciar para terminar con el cisma de occidente, tan solo Benedicto XVI ha renunciado a la sede de Roma.

En 2009 el terremoto de L’Aquila sepulta los restos de Celestino V entre los escombros de la basílica donde permanecían desde febrero de 1317. Basílica donde fue coronado. Los bomberos recuperan sus reliquias que son reconocidas por Benedicto XVI en su viaje a la ciudad. Sobre ellas coloca el palio que le fue impuesto en la ceremonia de inicio de su pontificado. Un año más tarde se convoca el jubileo por los ochocientos años del nacimiento de San Celestino V (San Pedro Celestino como también se le conoce). En aquella ocasión el Papa cuyo lema es ‘cooperadores de la verdad’ habla de Pedro Celestino diciendo como se puede renunciar a las dignidades sabiendo que la mayor de todas es permanecer en la verdad: «San Celestino V supo actuar según su conciencia en obediencia a Dios, y por ello sin miedo y con gran valentía, también en los momentos difíciles, como aquellos ligados a su breve pontificado, no temiendo perder la propia dignidad, sino sabiendo que esta consiste en estar en la verdad «. En gran medida estas palabras se podrían aplicar al mismo que las escribió y que protagonizó un acto de humildad y obediencia a Dios en su conciencia renunciando libremente al ministerio petrino.


San Juan Pablo II, Magno

UN DÍA COMO HOY…

… el 18 de mayo de 1920 nació Karol Josef Wojtyla en Wadowice (Polonia). Era el menor de los tres hijos que Karol Wojtyla y Emilia Kaczorowska habían tenido. Con tan solo 21 años queda huérfano de padres y hermanos. Se ordena sacerdote en 1946. Es elegido y ordenado obispo en 1958; nueve años más tarde Pablo VI lo nombra cardenal. Es elegido Papa el 16 de octubre de 1978 con tan solo 58 años de edad. Sirve a la iglesia como Romano Pontífice más de un cuarto de siglo hasta que murió el 2 de abril de 2005.

Es imposible resumir sus aportaciones históricas a la política, la teología y la espiritualidad en tan pocas lineas.

‘EL MAGNO’

Este año, con motivo del centenario de su muerte, el Papa Benedicto XVI ha escrito una carta. Reproducimos aquí algunos párrafos en los que reflexiona sobre dos adjetivos aplicables a su predecesor: santo y magno.

Cuando murió el Papa Juan Pablo II, la Plaza de San Pedro estaba llena de personas, especialmente jóvenes, que querían encontrarse con su Papa por última vez. No puedo olvidar el momento en que Mons. Sandri anunció el mensaje de la partida del Papa. Sobre todo, el momento en que la gran campana de San Pedro repicó, hizo que este mensaje resultara inolvidable. El día del funeral, había muchas pancartas diciendo «¡Santo súbito!». Eso fue un grito que, de todos lados, surgió a partir del encuentro con Juan Pablo II. No solo en la plaza, sino también en varios círculos intelectuales, se discutió la idea de darle el título de «Magno» a Juan Pablo II.

La palabra «santo» indica la esfera de Dios y la palabra «magno» la dimensión humana. Según el reglamento de la Iglesia, la santidad puede ser reconocida por dos criterios: las virtudes heroicas y el milagro. Los dos criterios están estrechamente vinculados. La expresión «virtud heroica» no significa una especie de hazaña olímpica; al contrario, en y a través de una persona se revela algo que no proviene de él, sino que se hace visible la obra de Dios en y a través de él. No es una competencia moral de la persona, sino renunciar a la propia grandeza. El punto es que una persona deja que Dios trabaje en ella, y así el trabajo y el poder de Dios se hacen visibles a través de ella.

Lo mismo se aplica a la prueba del milagro: aquí tampoco se trata de un evento sensacional sino de la revelación de la bondad de Dios que cura de una manera que va más allá de las meras posibilidades humanas. El santo es un hombre abierto a Dios e imbuido de Dios. El que se aleja de sí mismo y nos deja ver y reconocer a Dios es santo. Verificar esto legalmente, en la medida de lo posible, es el significado de los dos procesos de beatificación y canonización. En los casos de Juan Pablo II, ambos procesos se hicieron estrictamente de acuerdo a las reglas aplicables. Por lo tanto, ahora se nos presenta como el padre que nos deja ver la misericordia y la bondad de Dios.

Es más difícil definir correctamente el término «magno». Durante los casi 2.000 años de historia del papado, el título «Magno» solo prevaleció para dos papas: León I (440-461) y Gregorio I (590-604). La palabra «magno» tiene una connotación política en ambos, en la medida en que algo del misterio de Dios mismo se hace visible a través de la actuación política. A través del diálogo, León Magno logró convencer a Atila, el Príncipe de los Hunos, para que perdonara a Roma, la ciudad de los príncipes de los apóstoles Pedro y Pablo. Desarmado, sin poder militar o político, sino por el solo poder de la convicción por su fe, logró convencer al temido tirano para que perdonara a Roma. El espíritu demostró ser más fuerte en la lucha entre espíritu y poder.

Aunque Gregorio I no tuvo un éxito tan espectacular, también logró proteger a Roma contra los lombardos, de nuevo al oponerse el espíritu al poder y alcanzar la victoria del espíritu.

Si comparamos la historia de los dos Papas con la de Juan Pablo II, su similitud es evidente. Juan Pablo II tampoco tenía poder militar o político. Durante las deliberaciones sobre la forma futura de Europa y Alemania, en febrero de 1945, se observó que la opinión del Papa también debía tenerse en cuenta. Entonces Stalin preguntó: «¿Cuántas divisiones tiene el Papa?». Es claro que el Papa no tiene divisiones a su disposición. Pero el poder de la fe resultó ser un poder que finalmente derrocó el sistema de poder soviético en 1989 y permitió un nuevo comienzo. Es indiscutible que la fe del Papa fue un elemento esencial en el derrumbe del poder comunista. Así que la grandeza evidente en León I y Gregorio I es ciertamente visible también en Juan Pablo II.

Dejamos abierto si el epíteto «magno» prevalecerá o no. Es cierto que el poder y la bondad de Dios se hicieron visibles para todos nosotros en Juan Pablo II. En un momento en que la Iglesia sufre una vez más la aflicción del mal, este es para nosotros un signo de esperanza y confianza.

Benedicto XVI. Carta con motivo del centenario del nacimiento de San Juan Pablo II.

San Juan I y la fecha de la Pascua

El Papa San Juan I nació en la Toscana hacia 470 y murió en Rávena el 18 de mayo de 526 tras un breve pontificado de tres años. Murió encarcelado en la prisión de Rávena al no haber conseguido el emperador Teodorico lo que esperaba del él como embajador en su viaje a Constantinopla: la devolución de las Iglesias que el emperador Justino había quitado a los arrianos. El Papa Juan I lejos de hacerlo coronó y apoyo a Constantinopla lo que le supuso el encarcelamiento donde murió.

LA FECHA DE LA PASCUA

Entre las aportaciones de este Papa está la introducción del actual método de cálculo de la fecha de Pascua. La antigua disputa de la fecha de la Pascua, ya debatida en el concilio de Nicea (325), era conocida por Juan I ya que se cree que estuvo en relación con Lorenzo (papa) y Símaco (antipapa) en sus discusiones sobre este tema. Juan, ya en la sede de Pedro, introduce el método de Dionisio el Exiguo. Este método atiende al domingo posterior a la luna llena de primavera, entre el 22 de marzo y el 25 de abril. Este método es el que aún es usado para la fecha de la Pascua.


18 de mayo

San Juan Pablo II, Magno

San Juan Pablo II podría recibir el sobrenombre de Magno. Solo otros dos Papas lo han recibido… Bendicto XVI lo explica