UN DÍA COMO HOY…
… el 20 de mayo del año 325 se inauguraba el Concilio de Nicea. El principal motivo de la convocación del que es el primer concilio ecuménico fue la herejía del arrianismo. La expresión Dios de Dios fue acuñada por el este Concilio para defender, en contra de Arrio, que Jesús posee la misma sustancia y dignidad que el Padre.
¿QUÉ ES EL ARRIANISMO?
El arrianismo es una herejía promovida por Arrio: un presbítero de Alejandría. Arrio sostenía que Jesús no era Dios como lo era el Padre, sino que fue creado por este y que, aunque posee naturaleza divina, sin embargo no es Dios. A esta doctrina se acogió una parte de la Iglesia. El Concilio de Nicea, convocado por el emperador Constantino I, aclaró que Jesús es a la par verdadero hombre y verdadero Dios. La doctrina del Concilio de Nicea se verá completada en el año 381 por el Concilio de Constantinopla. En esta ocasión fue Macedonio de Constantinopla quien, aceptando la divinidad del Hijo, se la niega al Espíritu Santo. Por ello el Concilio de Constantinopla fija una doctrina similar a la del Hijo para el Espíritu Santo. De estos concilios nacen sendos Símbolos.
¿QUÉ ES UN SÍMBOLO?

Con Símbolo de la fe nos referimos al Credo. Credo viene de la primera palabra de la profesión de fe en latín (Credo un unum Deus…). Esta profesión es un símbolo: recitarla simboliza la fe que llevamos dentro. Como dice la invitación a la recitación del símbolo en la misa en rito hispano-mozárabe: «Profesemos con los labios lo que llevamos en el corazón». El Concilio de Nicea elaboró un Símbolo que luego fue ampliado por el Concilio de Constantinopla. Éste último, revisada su redacción, es el que ha prevalecido hasta hoy como forma de confesión de fe en la celebración de la eucaristía. A este Símbolo, a partir de la reforma del Concilio Vaticano II, se le une el Símbolo de la Iglesia de Roma, el Símbolo Apostólico. Ambos se usan en la actualidad comúnmente llamados breve (Símbolo Apostólico) y largo (Credo de Nicea-Constantinopla).
Credo de Nicea
Creemos en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador de todas las cosas visibles e invisibles; y en un solo Señor Jesucristo, el Hijo de Dios; unigénito nacido del Padre, es decir, de la sustancia del Padre; Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado, no creado; de la misma naturaleza que el Padre; por quien todo fue hecho: tanto lo que hay en el cielo como en la tierra; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó y se encarnó, se hizo hombre, padeció y resucitó al tercer día, (y) subió a los cielos, vendrá a juzgar a vivos y muertos; y en el Espíritu Santo. Y a los que dicen: hubo un tiempo en que no existió y: antes de ser engendrado no existió y: fue hecho de la nada o de otra hipóstasis o naturaleza, pretendiendo que el Hijo de Dios es creado y sujeto de cambio y alteración, a éstos los anatematiza la Iglesia católica.
Credo de Constantinopla
Creemos en un solo Dios,Padre todopoderoso,Creador del cielo y de la tierra,de todo lo visible y lo invisible;y en un solo Señor, Jesucristo, el unigénito de Dios,nacido del Padre antes de todos los siglos,luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero;engendrado, no creado, consustancial con el Padre,por quien todo fue hecho;que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo y se encarnó por obra del Espíritu Santo y de María la Virgen y se hizo hombre;por nuestra causa fue crucificado en tiempo de Poncio Pilato y padeció y fue sepultado,y resucitó al tercer día según las Escrituras y subió al cielo;y está sentado a la derecha del Padre;y de nuevo vendrá con gloria, para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.Y en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,que procede del Padre;que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria,que habló por los profetas.En una Iglesia santa, católica y apostólica.Confesamos un solo bautismo para la remisión de los pecados.Esperamos la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
