Promesa a Joaquín y Ana de la concepción de María

En el capítulo cuarto y quinto del Proto evangelio de Santiago se nos narra como un ángel se parece a Joaquín y otro a Ana para hacerles la promesa de la descendencia que tanto habían esperado. Ana siente una doble bendición: Por un lado se sentía viuda porque Joaquin se había retirado al desierto, y ahora los recupera; y por otro la gran alegría de ser madre. Joaquín hace un sacrificio en el templo con el que se siente limpio, de esta manera con la pureza ritual María es concebida. Según la tradición, fue concebido a través del abrazo de Joaquin y Ana ante la puerta dorada: en la antigüedad el acto sexual es signo de pecado, por ello la narración apócrifa hace notar la pureza con la que Maria es concebida fuera de todo acto de pecado.

Proto-evangelio de Santiago IV-V

IV 1. Y he aquí que un ángel del Señor apareció, y le dijo: Ana, Ana, el Señor ha escuchado y atendido tu súplica. Concebirás, y parirás, y se hablará de tu progenitura en toda la tierra. Y Ana dijo: Tan cierto como el Señor, mi Dios, vive, si yo doy a luz un hijo, sea varón, sea hembra, lo llevaré como ofrenda al Señor, mi Dios, y permanecerá a su servicio todos los días de su vida.

2. Y he aquí que dos mensajeros llegaron a ella, diciéndole: Joaquín tu marido viene a ti con sus rebaños. Porque un ángel del Señor ha descendido hasta él, diciéndole: Joaquín, Joaquín, el Señor ha oído y aceptado tu ruego. Sal de aquí, porque tu mujer Ana concebirá en su seno.

3. Y Joaquín salió, y llamó a sus pastores, diciendo: Traedme diez corderos sin mácula, y serán para el Señor mi Dios; y doce terneros, y serán para los sacerdotes y para el Consejo de los Ancianos; y cien cabritos, y serán para los pobres del pueblo.

4. Y he aquí que Joaquín llegó con sus rebaños, y Ana, que lo esperaba en la puerta de su casa, lo vio venir, y, corriendo hacia él, le echó los brazos al cuello, diciendo: Ahora conozco que el Señor, mi Dios, me ha colmado de bendiciones; porque era viuda, y ya no lo soy; estaba sin hijo, y voy a concebir uno en mis entrañas. Y Joaquín guardó reposo en su hogar aquel primer día.

V 1. Y, al día siguiente, presentó sus ofrendas, diciendo entre sí de esta manera: Si el Señor Dios me es propicio, me concederá ver el disco de oro del Gran Sacerdote. Y, una vez hubo presentado sus ofrendas, fijó su mirada en el disco del Gran Sacerdote, cuando éste subía al altar, y no notó mancha alguna en sí mismo. Y Joaquín dijo: Ahora sé que el Señor me es propicio, y que me ha perdonado todos mis pecados. Y salió justificado del templo del Señor, y volvió a su casa.

2. Y los meses de Ana se cumplieron, y, al noveno, dio a luz. Y preguntó a la partera: ¿Qué he parido? La partera contestó: Una niña. Y Ana repuso: Mi alma se ha glorificado en este día. Y acostó a la niña en su cama. Y, transcurridos los días legales, Ana se lavó, dio el pecho a la niña, y la llamó María.

Más sobre el Proto-evangelio de Santiago

Proto-evangelio de Santiago

El Proto-evangelio de Santiago es un texto apócrifo del nuevo testamento. Se trata de una excepción dentro de los apócrifos ya que en él se contienen tradiciones que han pasado a la vida de la Iglesia y a la iconografía religiosa.

La Santa Misa desde el canto gregoriano 02 – II Domingo de Adviento.

El objetivo de esta serie de textos es, ante todo, destacar el valor del canto gregoriano en y para la Iglesia, como se dijo en la presentación publicada el 21 de noviembre de 2020. No disponemos del tiempo necesario para profundizar en todos o en varios de los cantos del propio de cada domingo, tampoco es este medio la mejor manera para hacerlo; nos conformamos con aportar algunas pinceladas e ideas para cada domingo, sobre todo analizando el canto de entrada, el cual tiene como objeto introducirnos en el ambiente de la celebración.

Así, continuamos hoy nuestro camino litúrgico-musical, y en esta ocasión lo hacemos centrándonos en dos ideas: el comienzo del introito del II domingo de Adviento y la importancia de dos palabras en este tiempo litúrgico.

El texto de este canto está tomado de Isaías 39, 19.30, y dice: Populus Sion, ecce Dominus veniet ad salvandas gentes; et auditam facient Dominus gloriam vocis suae, in laetitia cordis vestri (Pueblo de Sión, mira que el Señor vendrá a salvar a las naciones; y el Señor hará oír la gloria de su voz en la alegría de vuestro corazón).

El profeta Isaías es, por excelencia, quien anunció la venida del Señor. Este anuncio vendrá marcado por dos palabras que se repiten constantemente en el Adviento: la partícula “ecce”, que se traduce como “he aquí”, “mirad”, “sabed”, y el verbo venir, casi siempre en futuro obviamente. Son muchas las antífonas que contienen estas palabras: Ecce veniet Propheta magnus, Ecce nomen Domini veniet, Da caelo veniet, Ecce Rex veniet y tantas otras. También aparecen en diferentes responsorios y en cantos del propio de la Misa, como en el introito Populus Sion, del II domingo de Adviento. Ecce es un término profético, una exclamación, una llamada de atención a la que suele seguir la la palabra veniet (vendrá) en referencia al Rey, al Señor, al Salvador. La partícula mencionada aparece normalmente abriendo los cantos; sin embargo, en esta ocasión no ocurre así. Y es que las primeras palabras del introito, por su significado, son más intensificadas al comienzo del canto, pues el anuncio de la llegada del Señor se hace al pueblo elegido (Populus Sion). Los amanuenses de las notaciones adiastemáticas que podemos ver en el Graduale Triplex [ver imagen], la del códice de Laon 239 (c. 885) arriba y la del códice de Einsiedeln 121 (c. 960) abajo, han intensificado la importancia de estas palabra. Laon lo hace, en primer lugar, adjuntando una ‘t’ de tenete tras el segundo sonido, produciendo una articulación antes de atacar el segundo pes. Completa la primera palabra con dos grandes uncini que nos invitan a amplificar la palabra Populus; lo que sucede también con el pes no cursivo, o alargado, con el que abre la palabra Sion. El notador de Einsiedeln hace lo propio con los dos neumas de la primera sílaba de Populus y con el pes quadratus, intensificado aún más con el tenete sobre Sion. Luego sí, y con un corte neumático tras la primera sílaba de ecce, esta palabra cobra la importancia que tiene en el tiempo del Adviento.

Para una mayor comprensión de estos textos, recomendamos leer la presentación publicada el 21 de noviembre de 2020, con enlaces a vídeos en los que se explica la historia del canto gregoriano y algunos aspectos técnicos y paleográficos. No obstante, no todos los comentarios los haremos desde la paleografía musical, sino también desde la elección y significado del texto y desde la elaboración estética.

Ecce un enlace en el que poder escuchar este canto mientras, si se desea, se sigue visualmente la partitura: https://www.youtube.com/watch?v=6dTkmKXE7uM

La torre y el trueno. Santa Bárbara.

Hoy, 4 de diciembre, celebramos Santa Bárbara.

Las tradiciones sobre la vida de Santa Bárbara son de lo más variopinto, aunque parece que todas ellas están de acuerdo en que la santa fue martirizada por su propio padre después de haberla sometido a diversos tormentos como por ejemplo la amputación de los senos, el vestirla con ropas tan rudas que le ocasionaron heridas por todo el cuerpo, la flagelación y el ser arrastrada desnuda por las calles. Muere degollada por su propio padre, quien justo después de este hecho fue aniquilado por un rayo. De ahí que Santa Bárbara sea la abogada contra los rayos y aquellos que corren peligro de ser alcanzados por uno. Además es patrona de los artilleros, mineros y bomberos. Habitualmente se le representa con una torre, símbolo de su profesión de fe. Su padre había mandado construir una torre para encerrar en ella a Santa Bárbara. Ésta consiguió modificar la construcción colocando tres ventanas en lugar de dos como signo de fe en la Trinidad.

Ha pasado al refranero popular castellano para referirse a los momentos en que dejamos para el momento crítico una acción que deberíamos haber hecho antes: «Solo te acuerdas de Santa Bárbara cuando truena».

El profeta Sofonías

B. Marconcini
«Profetas menores», en Diccionario de los santos

De tendencia nacionalista, simpatiza probablemente con los asesinos de Amón (640 a. C.) y lucha por la pureza religiosa contra los cultos extranjeros, como la duración de los astros (1, 5). Con un estilo sencillo y eficaz proclama para Judá (1, 2 – 2, 3), las naciones (2, 4-15) y Jerusalén (3, 1-8) el día del Señor. Éste comporta una intervención de dios que juzga y castiga y, juzgando, salva; «día de ida será el día aquel, día de tribulación y de angustia, día de calamidad y de miseria…». Los humildes, en cambio, los pobres ante Dios (‘anawîm), serán salvados (2, 1-3; 3, 11-13). Un fragmento final posterior invita a la ciudad a la esperanza: «canta himnos, hija de Sion, alégrate, Israel… El señor, tu dios, está en medio de ti» (3, 14.17; cf. Lc 1, 28).

En el Adviento se suele leer sobre todo al profeta Isaías, pero también a otros profetas como Sofonías. Es el caso del tercer domingo de Adviento del ciclo C cuya primera lectura es la siguiente:

«Alégrate, hija de Sion, grita de gozo, Israel; regocíjate y disfruta con todo tu ser, hija de Jerusalén.El Señor ha revocado tu sentencia, ha expulsado a tu enemigo. El rey de Israel, el Señor, está en medio de ti, no temerás mal alguno.Aquel día dirán a Jerusalén: «¡No temas! ¡Sión, no desfallezcas!»El Señor tu Dios está en medio de ti, valiente y salvador; se alegra y goza contigo, te renueva con su amor; exulta y se alegra contigo como en día de fiesta».

3 de diciembre

El profeta Sofonías

B. Marconcini»Profetas menores», en Diccionario de los santos De tendencia nacionalista, simpatiza probablemente con los asesinos de Amón (640 a. C.) y lucha por la pureza religiosa contra los cultos extranjeros, como la duración de los astros (1, 5). Con un estilo sencillo y eficaz proclama para Judá (1, 2 – 2, 3), las naciones…

Canto Gregoriano

La Santa Misa desde el canto gregoriano 12 – Domingo de Resurrección

Unos pocos versos del salmo 138 se convierten en el texto del introito más importante del repertorio gregoriano, en el que como también dice el Evangelio de San Juan, Jesús aparece por primera vez ante María Magdalena, y le da a esta el mandato de anunciar la Resurrección. El texto del introito (Sal. 138, 18.…

La Santa Misa desde el canto gregoriano 10 – IV domingo de Cuaresma

El paralelismo entre este día y el III domingo de Adviento es evidente, y no solo por lo más visible, que los ornamentos cambien del color morado al color rosa. Son dos fiestas que la liturgia coloca en el centro de los dos tiempos penitenciales del año: Adviento y Cuaresma. El domingo Gaudete y el…

La Santa Misa desde el canto gregoriano 09 – III domingo de Cuaresma

Desde el punto de vista musical, y más concretamente, modal, la Misa del III domingo de Cuaresma se abre con un anuncio inesperado. Una melodía exuberante, llena de luz, compuesta en VII modo, tetrardus autenticus, como ocurre en días especialmente importantes en el itinerario cristológico (Navidad, con el introito Puer natus est, y Ascensión, con…

Lex Orandi. Un diario de oración y formación

Lex Orandi se trata de un diario De oración y formación en el que se puede encontrar para cada día algunos elementos como la reflexión diaria sobre las lecturas, santoral y efemérides y otros elementos formativos. Todos ellos están sacados de diferentes artículos y reunidos para poder leer cada día algunas referencias.

Los títulos se refieren a la fecha del domingo en que se publica para toda la semana.

La Santa Misa desde el canto gregoriano 01 – I Domingo de Adviento.

El introito con el que comienza el año litúrgico, Ad te levavi, aparece en los códices medievales, también en los cantorales, con una gran ‘A’, primera letra del alfabeto, signo de Cristo como Alpha. Del mismo modo, el canto que abre el Oficio en el nuevo año litúrgico comienza también por esta letra: el responsorio Aspiciens a longe.

El texto del introito, tomado de los primeros tres versículos del salmo 24, dice: Ad te levavi animam meam: Deus meus in te confido, non erubescam: neque irrideant me inimici mei: etenim universo qui te exspectant, non confundentur (“A ti, Señor, elevo mi alma: Dios mío, en Ti confío; no me sienta avergonzado. Ni se burlen de mí mis enemigos; porque todos los que en Ti esperan, no serán decepcionados”). El versículo del introito, tomado también del salmo 24, dice: Vias tuas, Domine, demonstra mihi: et semitas tuas edoce me (Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas).

El mismo texto es utilizado también para el gradual y el ofertorio, aunque con algunas variantes debidas a la utilización de diferentes traducciones de la Biblia. Por ejemplo, el versículo del gradual dice Vias tuas, Domine, notas fac mihi: et semitas tuas edoce me; y el ofertorio dice Ad te, Domine, levavi animam meam […]. Cada uno de estos cantos con mismo texto aporta diferentes significados, pues cada uno tiene una elaboración estilística diferente. En lo que a cantos de la Misa se refiere, los de entrada y comunión están siempre compuestos en un estilo semiornamentado, mientras que el gradual, el aleluya, el tracto y el ofertorio están en  un estilo muy ornamentado o melismático. Los cantos en estilo simple se reservan habitualmente para el Oficio.

El primer inciso melódico del introito de Ad te levavi nos eleva musicalmente, pues desde el Re sube hasta el Do, lo que ayuda a la elevación espiritual, tal como dice el texto. La tensión se acumula en las palabas Deus meus in te confido, cuando la melodía se apoya en la dominante (la nota Do), y se resuelve por completo en erubescam, cuando la melodía reposa en la tónica o nota finalis (Sol). Nos hemos alzado, confiando en el Señor, y hemos descendido hasta concluir con serenidad, porque no nos sentiremos avergonzados. Algo similar sucede en la segunda sección del introito, pues de la tensión de la primera parte, cuya melodía se mueve de nuevo en el extremo superior, en torno al Do, desciende al Sol con seguridad y confianza en el Señor.

El introito es toda una declaración de intenciones por parte del cantor. Es su primera invocación en el nuevo año litúrgico, durante el cual cantará para el Señor, confiando plenamente en Él.

Son muchas las versiones de este canto que se pueden encontrar fácilmente. He aquí una tomada de la página de youtube Graduale Project: https://www.youtube.com/watch?v=2U3Qsv3jThk

La Medalla Milagrosa

José-Manuel Villar Suárez, C. M.

¿Qué vio Catalina en el anverso y reverso de la medalla? Según sus escritos, la Santísima Virgen llevaba «un vestido liso de seda blanco-aurora sin costura; un velo blanco que le cubría la cabeza y le descendía por ambos lados hasta los pies; sobre su cabello liso, una especie de pañoleta terminada en un pequeño encaje aproximadamente de dos dedos de ancho. Tenía el rostro bastante descubierto y sus ojos tan pronto se elevaba en el cielo como miraban a la tierra, era bellísimo; en sus manos elevadas a la altura del estómago de una manera muy natural llevaba una esfera o globo, con una crucecita de oro encima, que representaba al mundo, ofrecido por ella a Nuestro Señor, y sus pies se apoyaban en la mitad de otro globo sobre la cabeza de una serpiente de color verdoso con manchas amarillas. De pronto, los dedos de aquellas manos que sostenían y ofrecían el mundo se llenaron de anillos y piedras preciosas, de las que salían rayos de luz, siempre extendiéndose hasta llenar la parte baja, de modo que ya no se podían ver sus pies; y en lo alto del cuadro, un poco ovalado, había estas palabras: ‘Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti'». Al mismo tiempo, Catalina escucha: «Este globo que ves representa el mundo entero y a cada persona en particular; estos rayos de luz son el símbolo de las gracias que distribuyo a las personas que me las piden».

Después el cuadro dió la vuelta. Catalina vio el reverso, pero no lo describe hasta que, un día, en la meditación, oyó una voz que le decía: «La letra M y los dos corazones dicen bastante». Así lo dice su confesor el padre Aladel: «En el reverso vió la letra M con una cruz encima y debajo los sagrados corazones de Jesús y María». Éstos son los elementos del reverso de la medalla: arriba el signo más importante, la cruz, como naciendo de la letra M e íntimamente entrelazado con ella. Debajo los dos corazones, unidos por los signos del amor: espinas, espada y llamas. Y en torno las doce estrellas del Apocalipsis. Catalina oye una voz que decía: » Di que acuñen una medalla según este modelo: todas las personas que la lleven recibirán grandes gracias».

De esta forma nace, la conocida en todo el mundo, como Medalla Milagrosa.

José-Manuel Villar Suárez, «Santa María Virgen Inmaculada de la Medalla Milagrosa» en J.-A. MArtínez Puche (dir.), Nuevo Año Cristiano. Noviembre, (Madrid 2001), 466-474.

Dictionnaire d’Archéologie Chrétienne et de Liturgie

La Bibliothèque nationale de France tiene digitalizada esta obra de gran interés para la historia de la liturgia. A continuación los enlaces para visualizar cada tomo.

Tome 1 (I) – A-Ame

Tome 1 (II) – Amict-Azymes

Tome 2 (I) – B-Byzantin (Art)

Tome 2 (II) – C-Césène

Tome 3 (I) – Chainage-Chypre

Tome 3 (II) – Cia-Cyz

Tome 4 (I) – D-Domestici

Tome 4 (II) – Dominicale-Employé

Tome 5 (I) – Encaustique-Feux

Tome 5 (II) – Fiançailles-Fustel de Coulanges

Tome 6 (I) – G-Gotha

Tome 6 (II) – Gothicum-Hypsistariens

Tome 7 (I) – I-Invitatoire

Tome 7 (II) – Iona-Jubilus

Tom 8 (I) – Judaïsme-Latin

Tome 8 (II) – Latran-Lexique

Tome 9 (I) – Lexique-Listes épiscopales

Tome 9 (II) – Lit-Lydie

Tome 10 (I) – Lyon-Manosque

Tome 10 (II) – Mans (Le)-Maximin (Saint-)

Tome 11 (I) – Maximum (Édit de)-Monza

Tome 11 (II) – Minister-Monza

Tome 12 (I) – Mora vocis-Noé

Tome 12 (II) – Noirmoutier-Orvieto

Tome 13 (I) – Os-Papyrus

Tome 13 (II) – Pâques-Peinture

Tome 14 (II) – Portier-Rome. Bibliothèque et Archives Pontificales

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Publication initiale du 23 mars 2010

Dictionnaire d’archéologie chrétienne et de liturgie
Publié par Dom Fernand cabrol et Dom Henri Leclercq

Volume 1
Tome I

Volume 3
Tome I
Tome II

Volume 4
Tome I
Tome II

Volume 5
Tome I
Tome II

Volume 14
Tome II