B. Marconcini
«Profetas menores», en Diccionario de los santos
De tendencia nacionalista, simpatiza probablemente con los asesinos de Amón (640 a. C.) y lucha por la pureza religiosa contra los cultos extranjeros, como la duración de los astros (1, 5). Con un estilo sencillo y eficaz proclama para Judá (1, 2 – 2, 3), las naciones (2, 4-15) y Jerusalén (3, 1-8) el día del Señor. Éste comporta una intervención de dios que juzga y castiga y, juzgando, salva; «día de ida será el día aquel, día de tribulación y de angustia, día de calamidad y de miseria…». Los humildes, en cambio, los pobres ante Dios (‘anawîm), serán salvados (2, 1-3; 3, 11-13). Un fragmento final posterior invita a la ciudad a la esperanza: «canta himnos, hija de Sion, alégrate, Israel… El señor, tu dios, está en medio de ti» (3, 14.17; cf. Lc 1, 28).
En el Adviento se suele leer sobre todo al profeta Isaías, pero también a otros profetas como Sofonías. Es el caso del tercer domingo de Adviento del ciclo C cuya primera lectura es la siguiente:
«Alégrate, hija de Sion, grita de gozo, Israel; regocíjate y disfruta con todo tu ser, hija de Jerusalén.El Señor ha revocado tu sentencia, ha expulsado a tu enemigo. El rey de Israel, el Señor, está en medio de ti, no temerás mal alguno.Aquel día dirán a Jerusalén: «¡No temas! ¡Sión, no desfallezcas!»El Señor tu Dios está en medio de ti, valiente y salvador; se alegra y goza contigo, te renueva con su amor; exulta y se alegra contigo como en día de fiesta».