Martirologio
2 de enero
1. Memoria de los santos Basilio Magno y Gregorio Nacianceno, obispos y doctores de la Iglesia. Basilio, obispo de Cesarea de Capadocia (hoy en Turquía), apellidado “Magno” por su doctrina y sabiduría, enseñó a los monjes la meditación de la Escritura, el trabajo en la obediencia y la caridad fraterna, ordenando su vida según las reglas que él mismo redactó. Con sus egregios escritos educó a los fieles y brilló por su trabajo pastoral en favor de los pobres y de los enfermos. Falleció el día uno de enero de 379. Gregorio, amigo suyo, fue obispo de Sancina, en Constantinopla y, finalmente, de Nacianzo. Defendió con vehemencia la divinidad del Verbo, mereciendo por ello ser llamado “Teólogo”. La Iglesia se alegra de celebrar conjuntamente la memoria de tan grandes doctores (389).
Estos dos Padres orientales son celebrados conjuntamente en estos días en que celebramos el nacimiento del Salvador del mundo. Dejamos una pequeña cita de San Gregorio Nacianceno que une el pesebre con la resurrección, tal y como la iconografía oriental ha mostrado en sus iconos a través de los siglos:
Gregorio Nacianceno
Discurso teológico
Fue envuelto el pañales, pero fue liberado de las vendas del sepulcro al resucitar. Fue colocado en un pesebre, pero fue glorificado por ángeles, señalado por una estrella y adorado por unos magos.