UN DÍA COMO HOY…
… el 25 de agosto de 1270 fallecía el Rey de Francia, franciscano de la tercera orden y cruzado, Luis IX. Hijo de Luis VIII de Francia y de Blanca de Portugal. Tras una grave enfermedad en que hizo voto de ir a Tierra Santa, no quiso conmutarlo por otra penitencia -práctica habitual entre los señores de su clase- y acudió a Tierra Santa. La experiencia de la Cruzada en Tierra Santa se volvería a repetir en una segunda ocasión en la cual una epidemia extendida en el campamento acabaría con su vida.
Se le representa a menudo con la corona de espinas en la mano haciendo alusión a su adquisición en las cruzadas y la posterior construcción de la Santa Capilla de París que albergaba diferentes reliquias de la cristiandad.
LA CRUZADA, MOMENTO DE CONVERSIÓN
Los años de la cruzada dieron un profundo cambio a la vida de Luis IX. Hacerse cruzado, en efecto, no significaba solamente ir a la guerra contra los infieles: se trataba también y sobre todo de una experiencia religiosa que se traducía en un estilo de vida penitencial y en la exigencia de un mayor rigor moral. Es posible constatarlo en las decisiones tomadas por el soberano en 1247, antes de partir para Oriente, y de modo particular en la gran investigación llevada a cabo por él para reprimir los abusos de la administración real: fueron enviados inspectores, elegidos a menudo entre los miembros de las órdenes mendicantes, a todos los dominios reales para recoger las quejas de los súbditos que se creían perjudicados o tratados injustamente por los agentes del rey. Era como si hubiera querido extender a sus funciones las exigencias de purificación y expiación que trataba de practicar en su vida privada1.
TRES CURIOSIDADES FAMILIARES
I. Como curiosidad de piedad por las cruzadas, ya el abuelo de Luis IX, Alfonso VIII de Castilla, pidió al papa Inocencio III la predicación de una cruzada contra el dominio en la península ibérica del califa almohade Muhámmad an-Násir, al que derrotaría en la conocida batalla de las Navas de Tolosa (1212).
II. Alfonso de VIII de Castilla que quiso recuperar la cristiandad para la península tuvo dos nietos santos: de su hija Blanca casada con el rey Luis VIII de Francia, Luis IX; y de su hija Berenguela casada con el rey Alfonso IX de León a Fernando III. Por tanto, San Luis IX de Francia y San Fernando III de Castilla y León son primos.
III. Un nieto de San Luis IX de Francia fue el primer duque de Borbón y fundador de la dinastía del mismo nombre. Se trata del duque Juan I de Borbón hijo de Roberto, Conde de Clermont (décimo hijo del rey) y Beatriz de Borbón.
1 A. Vauchez, «Luis IX» en Diccionario de los santos, Madrid 2000, 1505.