“1. Entre cordero y cordero te pusieron los discípulos. Comieron el cordero pascual y el cordero verdadero.
Estribillo. A Ti la gloria, Rey Mesías, que salvaste la santa Iglesia con tu sangre.
2. Los apóstoles se colocaron en medio, entre la figura y la verdad. Vieron quitada la figura y presentada la verdad.
3. Bienaventurados los que asistieron al fin de la figura y al comienzo de la verdad.
4. Comió el Señor la pascua con sus discípulos; abolió los ázimos con el pan que partió.
5. Su pan, que vivifica todas las cosas, vivificó los pueblos; está en lugar de los ázimos, los cuales, quienes los comían, morían.
6. La Iglesia nos dio el pan vivo en lugar de aquellos ázimos que había dado Egipto.
7. María nos di el pan de la vida, en lugar del pan del cansancio que dio Eva.
8. Abel fue cordero, y ofreció un cordero ¿Quién vio jamás un cordero ofreciendo un cordero?
9. El Cordero de Dios comió el cordero ¿Quién vio jamás un cordero comiendo un cordero?
10. El Cordero de la verdad comió el cordero de la pascua. La figura entro en el vientre de la Verdad.
11. Todas las figuras moraban en el Sancta Sanctorum, esperando a Aquel que llena todas las cosas.
12. Las figuras vieron al Cordero de la verdad, abrieron las puertas del templo y salieron a su encuentro.
13. Todas las figuras han sido injertadas y habitan en Él, porque todas hablaron de Él en todas partes
14. Pues en Él se cumplieron los misterios y figuras, de modo que Él, que cumple todas las cosas, les impuso el sello”.
— San Efrén, Himnos de los ácimos, 6.
