«La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor nuestro Dios» (Sal 67, 7).
“La tierra representa a Santa María, ser procedente de nuestra tierra, de nuestro linaje, surgida de este barro, de esta arcilla, de Adán… la tierra ha dado su fruto; esto es, lo que perdió en el paraíso lo halló en su hijo. la tierra ha dado su fruto. primero hizo brotar la flor. dice el cantar de los cantares: yo soy la flor del campo y el lirio de los valles. esta flor, pues, se ha vuelto fruto para que de él comiéramos y nos alimentáramos de su propia carne. ¿ queréis saber cuál es ese fruto? es el ser virginal de una Virgen, el señor procedente de una esclava, Dios hecho hombre, el hijo dado a luz por una madre, el fruto surgido de la tierra, el grano de trigo que cayó en la tierra y murió y resucitó en muchos granos” (San Jerónimo).
Descubre más desde Liturgia con Espíritu
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.









